lunes, 21 de abril de 2014

Taller de comunicación literaria (Borrador 1)

Hemos llevado a cabo en clase un taller cooperativo de comunicación literaria en grupos de tres. Cada una ha elegido un libro infantil o un texto literario así como la estrategia para transmitirlo (cuentacuentos, narración con libro o lectura).

Mi elección fue el libro infantil “El pez Arcoiris”, de Marcus Pfister, ya que fue el primer cuento que leí a los niños de mis prácticas y la tutora posteriormente me regaló comentándome que se trata de un imprescindible en la biblioteca de cualquier maestra de infantil.



Este cuento nos permite trabajar la importancia de compartir, de la amistad y el compañerismo, de fomentar las relaciones con los demás, etc. Por lo que es adecuado para niños a partir de tres años, aunque quizá debido a su longitud sería óptimo para niños de último ciclo de educación infantil.

Escogí leerlo, mostrando únicamente la portada. Para preparar la actividad leí el texto en voz alta un par de veces para familiarizarme con él y conseguir una adecuada entonación, expresividad, etc. Controlando el volumen y las pausas.

Además pensé en cómo introducir el cuento, presentándoles al pez Arcoiris, el pez más bonito y envidiado del Océano y preguntándoles qué es lo que tienen los peces en el cuerpo, ya que muchos de ellos no conocen la palabra “escama” (“¿Qué tienen los perros y los gatos por todo su cuerpo? Pelo… ¿Y los pájaros? Plumas… ¿Y los peces…?” Cuando lo pregunté en el cole respondieron que lo que tienen son “espinas”). Tras su lectura, como he comentado antes, trabajaría con ellos la importancia de compartir, del compañerismo, de la amistad, etc. Así como de pedir y seguir el consejo de las figuras de referencia (familia, profesores… representados a través del pulpo Octopus).

Tuve la ocasión de leerlo tres veces ante mis compañeras y, siguiendo los consejos que me fueron dando, las “críticas” fueron disminuyendo.

La primera vez me resultó un tanto difícil leer y mantener el contacto visual. Mis compañeras me comentaron que la lectura resultaba algo larga, por lo que quizá ayudaría el enseñar alguna imagen o transmitirlo directamente como narración con libro. Además me dijeron que hiciera más hincapié en la entonación a la hora de representar a los personajes.

La segunda vez, intenté mejorar la entonación y además de enseñarles la portada les mostré la última imagen donde aparecen todos los pececillos felices con una escama regalada por el pez Arcoiris. Estuvieron de acuerdo en que la historia ganaría a través de la representación con libro, ya que las imágenes podrían llamar especialmente la atención de los niños (las escamas brillantes, el color azul les transmitiría calma…).

Tras esta experiencia, considero que a través de la lectura sería más complicado captar y mantener la atención de los niños que a través de la narración con libro (ya que el poder ver las imágenes les ayuda a seguir la historia, fijarse en los detalles…) o de la técnica del cuentacuentos (que parece permitir más expresividad a la hora de gesticular, un contacto más directo e interacción con los interlocutores).  Aún así supongo que todo es cuestión de práctica y que aún nos queda mucho por practicar y aprender.
Sobre el taller, he disfrutado mucho escuchando a mis compañeras, ¡me ha costado sacarles alguna pega!


Para terminar aquí os dejo un vídeo con las imágenes y el texto de "El Pez Arcoiris" ¡Espero que os guste!






Adaptación del cuento folclórico "El hombre de la piel de oso" (Correción)


Existen numerosos cuentos folclóricos que necesariamente han de ser adaptados a la etapa de educación infantil (sin la necesidad de infantilizarlos) antes de ser contados a los niños. Estos cuentos se transmiten a través de la narración oral, son anónimos y no tienen una versión fija (al haberse ido transmitiendo "de boca en boca"). Si bien, aunque contemos con la libertad de recrearlo, debemos respetar su esencia así como su esquema.

En este caso he realizado la adaptación de "El hombre de la piel de oso" (adaptada primeramente por los Hermanos Grimm), enfocada a la edad de 5 y 6 años, tanto por el contenido (trama, personajes...) como por el vocabulario empleado.

He realizado cambios tales como:  la atribución de nombres propios a los protagonistas para que su identificación sea mas fácil, el cambio del personaje del diablo por el de un duendecillo, en lugar de tener que matar a un oso y llevar encima su piel durante años al protagonista le irá creciendo vello por todo el cuerpo hasta llegar a parecer un oso y en vez de no poder dormir dos noches seguidas en el mismo sitio habrá de alojarse cada semana en una ciudad distinta. Además he omitido el suicidio de las hermanas al final de la historia.

¡Espero que os guste!

Había una vez, hace muchos, muchos años, en un lejano país un joven  y apuesto soldado llamado Derek cuya familia había perdido todo el dinero que tenía. Un día Derek estaba tan triste que decidió marcharse a dar un paseo por el bosque a ver si se le ocurría la forma de encontrar un buen trabajo para sacar a su familia de la pobreza. Mientras paseaba sintió que alguien le perseguía… Pero miraba para atrás y ¡nada, no había nadie! Hasta que de repente oyó un estornudo que venía de alguien escondido detrás de un gran árbol… ¡Aaachís!

Derek, que era muy valiente, se acercó y encontró a un pequeño duendecillo con el pelo de color verde.

-¡Vaya, chico, me has pillado! – dijo la pequeña criatura con voz aguda – Soy Alfie, el duende más poderoso de este bosque y puede que tenga la solución a tus problemas.
Derek lo miró extrañado.
-¿Tienes un buen trabajo que ofrecerme?
-Tengo algo mucho mejor. Te voy a proponer un reto, pero para conseguirlo habrás de ser tan valiente como paciente. Durante los próximos tres años haré crecer vello por todo tu cuerpo cada semana y no podrás asearte ni una sola vez, no te podrás ni duchar ni afeitar. Además cada semana deberás alojarte en una ciudad distinta. Durante este tiempo contarás con un saco mágico que te dará todas las monedas de oro que necesites y si cumples el reto podrás quedarte el saco para siempre, así tú y tu familia seréis las personas más ricas del mundo. Si no lo cumples te convertiré en un duende como yo y serás mi siervo el resto de tu vida.
-¡Acepto!- Dijo Derek en seguida.
- Muy bien chico valiente, aquí tienes tu saco. Tu reto comienza ya. Nos vemos dentro de tres años, si eres capaz…
Y así Derek comenzó a viajar de ciudad en ciudad, al principio parecía fácil pero las semanas pasaban y cada vez tenía más y más pelo por todo su cuerpo y más y más suciedad.
Todo el mundo le miraba mal y comentaba que parecía un oso con tanto pelo. Él intentaba demostrar a la gente que era un chico bueno y normal pero de nada servía. Nadie quería acercarse a él.
Hasta que un buen día en una de las posadas donde se alojó conoció a tres hermanas, las dos mayores se rieron de él nada más verlo, eran maleducadas y envidiosas pero la más pequeña, Elisa, que era la más guapa de las tres quiso conocer a ese chico del que todo el mundo huía.
Derek le pidió a Elisa que le esperara tres años, que volvería a por ella y le haría la mujer más feliz del mundo. La joven, que se enamoró de la personalidad de Derek le dijo que lo esperaría siempre y sus hermanas no dejaron de burlarse de ella.
Pasaron los tres años y Alfie apareció sorprendido ante Derek. – Lo has conseguido chico, enhorabuena. Ya puedes ir a asearte, y aquí tienes, tu saco infinito de monedas de oro.
Derek era el hombre más feliz del mundo, sólo le faltaba Elisa. Fue a su casa a buscarla pero ella no lo reconoció…  Hasta que el joven soldado le preguntó - ¿No te dice el corazón quién soy?-.
Y Elisa cayó en la cuenta de que se trataba de Derek, ahora convertido en un guapísimo soldado. Se casaron y repartieron el dinero del saco mágico de Derek con toda la gente pobre de la ciudad.


Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.


sábado, 5 de abril de 2014

Adaptación del cuento "El hombre de la piel de oso" (Borrador 1)

Había una vez, hace muchos, muchos años, en un lejano país un joven  y apuesto soldado llamado Derek cuya familia había perdido todo el dinero que tenía. Un día Derek estaba tan triste que decidió marcharse a dar un paseo por el bosque a ver si se le ocurría la forma de encontrar un buen trabajo para sacar a su familia de la pobreza. Mientras paseaba sintió que alguien le perseguía… Pero miraba para atrás y ¡nada, no había nadie! Hasta que de repente oyó un estornudo que venía de alguien escondido detrás de un gran árbol… ¡Aaachís!
Derek, que era muy valiente, se acercó y encontró a un pequeño duendecillo con el pelo de color verde.
-¡Vaya, chico, me has pillado! – dijo la pequeña criatura con voz aguda – Soy Alfie, el duende más poderoso de este bosque y puede que tenga la solución a tus problemas.
Derek lo miró extrañado.
-¿Tienes un buen trabajo que ofrecerme?
-Tengo algo mucho mejor. Te voy a proponer un reto, pero para conseguirlo habrás de ser tan valiente como paciente. Durante los próximos tres años haré crecer vello por todo tu cuerpo cada semana y no podrás asearte ni una sola vez, no te podrás ni duchar ni afeitar. Además cada semana deberás alojarte en una ciudad distinta. Durante este tiempo contarás con un saco mágico que te dará todas las monedas de oro que necesites y si cumples el reto podrás quedarte el saco para siempre, así tú y tu familia seréis las personas más ricas del mundo. Si no lo cumples te convertiré en un duende como yo y serás mi siervo el resto de tu vida.
-¡Acepto!- Dijo Derek en seguida.
- Muy bien chico valiente, aquí tienes tu saco. Tu reto comienza ya. Nos vemos dentro de tres años, si eres capaz…
Y así Derek comenzó a viajar de ciudad en ciudad, al principio parecía fácil pero las semanas pasaban y cada vez tenía más y más pelo por todo su cuerpo y más y más suciedad.
Todo el mundo le miraba mal y comentaba que parecía un oso con tanto pelo. Él intentaba demostrar a la gente que era un chico bueno y normal pero de nada servía. Nadie quería acercarse a él.
Hasta que un buen día en una de las posadas donde se alojó conoció a tres hermanas, las dos mayores se rieron de él nada más verlo, eran maleducadas y envidiosas pero la más pequeña, Elisa, que era la más guapa de las tres quiso conocer a ese chico del que todo el mundo huía.
Derek le pidió a Elisa que le esperara tres años, que volvería a por ella y le haría la mujer más feliz del mundo. La joven, que se enamoró de la personalidad de Derek le dijo que lo esperaría siempre y sus hermanas no dejaron de burlarse de ella.
Pasaron los tres años y Alfie apareció sorprendido ante Derek. – Lo has conseguido chico, enhorabuena. Ya puedes ir a asearte, y aquí tienes, tu saco infinito de monedas de oro.
Derek era el hombre más feliz del mundo, sólo le faltaba Elisa. Fue contento a buscarla a su casa pero ella no lo reconoció…  Hasta que el joven soldado le preguntó - ¿No te dice el corazón quién soy?-.
Y Elisa cayó en la cuenta de que se trataba de Derek, ahora convertido en un guapísimo soldado. Se casaron y compartieron el dinero de su saco mágico a toda la gente pobre de la ciudad.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.